Es curioso como 20 días antes la ginecóloga nos decía: "Uy, tú no llegas al 14 ni de broma, tú estás ya casi para dar a luz". Estamos hablando del 2 de Septiembre, bueno, pues llega el 14 y nada, el 18 y nada... total, que en una de las últimas visitas nos dicen que si el 23 no ha salido, que tenemos que presentarnos en La Paz, para provocar el parto.
Así que, dicho día nos levantamos tranquilamente, preparamos todo como el que se va de viaje, y bastante tranquilos, dada la situación, nos dirigimos al hospital.
Allí ya están todos los abuelos, vamos han hecho guardia allí por si acaso ese día no abrían La Paz. Y empieza un día que iba a ser realmente largo.
Primero empezamos con una nueva exploración para ver la dilatación que tenía María, y luego a subir a la habitación a ver como va la dilatación.
Llega la hora de comer y los abuelos desaparecen, parece que esto va para largo, así que me bajo a comer algo. Cuando le doy el primer bocado a la hamburguesa, llamadita de móvil, ES MARIA!!!!!. Que me suba, que la pasan al paritorio!!!!
Venga, no querías prisas, pues hala, para arriba volando, ya la han pasado a una de las salitas del
paritorio, lo cual, aunque se pueda deducir lo contrario, no implica que quede poco para dar a luz, implica que queda menos... Te ponen una bata verde y una especie de plásticos en los pies. Sí, quedas bastante ridículo. Y a esperar.
Llamada de nuevo a los abuelos, para fastidiarles la siesta más que nada, y vuelta a empezar.
Eso sí, ahora hay un control más exhaustivo de como va la madre y de como va el niño, pues vas viendo como avanza la dilatación (y los dolores de la madre a la que la epiretal le hace el mismo efecto que una Coca-Cola) y las pulsaciones de Hugo.
Bueno, ya se acercan las 10 de la noche y tras varias idas y venidas de médicos, por fin uno te dice que, aunque habría posibilidades de parto natural, pues parece que ha dilatado bastante y que el peque ya se digna en salir, que mejor para todos hacer una cesárea. OK, tú eres el profesional macho.
Así que comunicación a los abuelos y más nervios, por supuesto. Finalmente, a eso de las 10:20 el abuelo Antonio y yo oimos un peque llorar, solo puede ser Hugo pues María es la única que ha entrado, respiramos más tranquilos. Sale el enano, se nos saltan las lágrimas a algunos, qué emoción!!! Y se lo llevan al "nido". A los pocos minutos sale la madre, todavía un poco KO por el esfuerzo, le contamos que el peque está muy bien y se la llevan también a la habitación, pero esa noche no verá a Hugo, lo cual la entristece bastante.
Hala, a dormir los tres que ha sido un día un poco largo...Mañana será otro día, bueno para alguno será su primer día.