jueves, 23 de agosto de 2007

Empecemos por el principio


Como todos los padres novatos el embarazo y nacimiento de tu primer hijo es algo que vives con una mezcla de ilusión, de incertidumbre e incluso de preocupación. Ahora con el segundo, las cosas se ven de una forma más relajada, no sé si porque ya tienes el "título de padre", o simplemente porque no tienes tiempo, con el primer hijo ya correteando y haciendo de las suyas, de preocuparte.




El embarazo de Hugo se puede considerar como muy bueno, y eso que la parte final se hizo algo larga, pues al final hubo que llamar a los GEOS para sacarle.

Es increible como te preocupa hasta el más mínimo detalle, como preparas con mimo su nueva habitación, sus cachivaches (carritos varios), y le vas comprando ropa que incluso alguna no se podrá ni poner. Para el resto de la familia también es un acontecimiento, sobre todo para las abuelas, si no hablaban una vez al día por lo menos con María no dormían.

Los padres también nos hacemos especialistas leyendo un montón de libros y revistas sobre embarazos y sobre educación, algunos de ellos incluso contradictorios, pero bueno, por falta de información que no sea.

Luego todo el mundo opina, porque opinar es gratis, y hasta el nombre parece que se subasta.

También fue increible que en nuestro caso hicimos el seguimiento del embarazo por la Seguridad Social y por Sanitas; doble de exploraciones, doble de pruebas... no teníamos suficiente con que en Sanitas le grababan en vídeo cada vez que íbamos, sino que encima le hicimos el correspondiente CD en 3D. Eso sí, los nervios del día en el que te dicen el sexo, o las preocupaciones de cuando te dicen que viene con dos vueltas de cordón, o la emoción de ver el pedazo de pie que se gasta...eso no te lo quita nadie.




En fin, 9 meses y pico que se hicieron cortos exceptuando el final, claro que en esto la madre también tendría algo que decir.
Hasta que llegó el día del parto, en nuestro caso sin sorpresas ni prisas pues como dije anteriormente, hubo que sacarle porque el tío estaba muy agusto allí dentro. Pero bueno, el nacimiento de Hugo merece un capítulo aparte.