martes, 28 de agosto de 2007

En el hospital



Los primeros días son siempre emocionantes aunque tampoco te enteras de mucho, entre el ajetreo de gente y que apenas has descansado, además de que te tienes que preocupar ya de dos; de la madre y del hijo.

Es increible la sensación de la primera vez que lo tienes en brazos. Te mira con esa cara de desprotegido, como si te pidiera que le guardaras siempre de todo lo malo que le puede pasar.

Lo primero que me llamó la atención es lo poco que pesan, son tan pequeños... luego está la madre, que está hecha polvo la pobre, totalmente destrozada y aun así con muchas ganas de ver, tocar, acariciar a su hijo...

Recuerdo que el primer día había un montón de gente con ganas de ver al "peluso". Y es que llamaba la atención, con tanto pelo, con la piel toda arrugadita... y es que el enano se había pasado diez días de más en la tripa de mamá, así que ahora tendría que mudar toda la piel.




Al principio dormía mucho, era solo comer y dormir, bueno eso y todo lo que implica cambiarle de pañales cada tres por cuatro. Me llamaba la atención que era supersensible al ruido; cuando estaba durmiendo y alguien cerraba la puerta o hacía cualquier pequeño ruido, se sobresaltaba muchísimo.




Bueno, fueron pasando los días en el hospital, con su primer baño, sus primeras tomas de pecho, sus primeros lloros, algún que otro biberón... en fin, una paliza para los padres, pero compensa solo verle dormir a tu lado. Y llegó la hora de volver al hogar, por primera vez somos tres en casa, tengo una sensación de tranquilidad interior indescriptible, una sensación de que todo empieza de nuevo.

viernes, 24 de agosto de 2007

El parto

Lo normal, lo que ves en las películas, lo que oyes a la gente, es que el parto, sobre todo del primer hijo, sea algo no solo emocionante, sino estresante por las prisas, las carreras, el ahí no llego, el tengo que coger un taxi, el son las tantas de la madrugada, etc... En nuestro caso no, fue un parto de lo más tranquilo, al menos en ese sentido.

Es curioso como 20 días antes la ginecóloga nos decía: "Uy, tú no llegas al 14 ni de broma, tú estás ya casi para dar a luz". Estamos hablando del 2 de Septiembre, bueno, pues llega el 14 y nada, el 18 y nada... total, que en una de las últimas visitas nos dicen que si el 23 no ha salido, que tenemos que presentarnos en La Paz, para provocar el parto.

Así que, dicho día nos levantamos tranquilamente, preparamos todo como el que se va de viaje, y bastante tranquilos, dada la situación, nos dirigimos al hospital.
Allí ya están todos los abuelos, vamos han hecho guardia allí por si acaso ese día no abrían La Paz. Y empieza un día que iba a ser realmente largo.

Primero empezamos con una nueva exploración para ver la dilatación que tenía María, y luego a subir a la habitación a ver como va la dilatación.

Llega la hora de comer y los abuelos desaparecen, parece que esto va para largo, así que me bajo a comer algo. Cuando le doy el primer bocado a la hamburguesa, llamadita de móvil, ES MARIA!!!!!. Que me suba, que la pasan al paritorio!!!!


Venga, no querías prisas, pues hala, para arriba volando, ya la han pasado a una de las salitas del paritorio, lo cual, aunque se pueda deducir lo contrario, no implica que quede poco para dar a luz, implica que queda menos... Te ponen una bata verde y una especie de plásticos en los pies. Sí, quedas bastante ridículo. Y a esperar.

Llamada de nuevo a los abuelos, para fastidiarles la siesta más que nada, y vuelta a empezar.
Eso sí, ahora hay un control más exhaustivo de como va la madre y de como va el niño, pues vas viendo como avanza la dilatación (y los dolores de la madre a la que la epiretal le hace el mismo efecto que una Coca-Cola) y las pulsaciones de Hugo.

Bueno, ya se acercan las 10 de la noche y tras varias idas y venidas de médicos, por fin uno te dice que, aunque habría posibilidades de parto natural, pues parece que ha dilatado bastante y que el peque ya se digna en salir, que mejor para todos hacer una cesárea. OK, tú eres el profesional macho.
Así que comunicación a los abuelos y más nervios, por supuesto. Finalmente, a eso de las 10:20 el abuelo Antonio y yo oimos un peque llorar, solo puede ser Hugo pues María es la única que ha entrado, respiramos más tranquilos. Sale el enano, se nos saltan las lágrimas a algunos, qué emoción!!! Y se lo llevan al "nido". A los pocos minutos sale la madre, todavía un poco KO por el esfuerzo, le contamos que el peque está muy bien y se la llevan también a la habitación, pero esa noche no verá a Hugo, lo cual la entristece bastante.

Hala, a dormir los tres que ha sido un día un poco largo...Mañana será otro día, bueno para alguno será su primer día.

jueves, 23 de agosto de 2007

Empecemos por el principio


Como todos los padres novatos el embarazo y nacimiento de tu primer hijo es algo que vives con una mezcla de ilusión, de incertidumbre e incluso de preocupación. Ahora con el segundo, las cosas se ven de una forma más relajada, no sé si porque ya tienes el "título de padre", o simplemente porque no tienes tiempo, con el primer hijo ya correteando y haciendo de las suyas, de preocuparte.




El embarazo de Hugo se puede considerar como muy bueno, y eso que la parte final se hizo algo larga, pues al final hubo que llamar a los GEOS para sacarle.

Es increible como te preocupa hasta el más mínimo detalle, como preparas con mimo su nueva habitación, sus cachivaches (carritos varios), y le vas comprando ropa que incluso alguna no se podrá ni poner. Para el resto de la familia también es un acontecimiento, sobre todo para las abuelas, si no hablaban una vez al día por lo menos con María no dormían.

Los padres también nos hacemos especialistas leyendo un montón de libros y revistas sobre embarazos y sobre educación, algunos de ellos incluso contradictorios, pero bueno, por falta de información que no sea.

Luego todo el mundo opina, porque opinar es gratis, y hasta el nombre parece que se subasta.

También fue increible que en nuestro caso hicimos el seguimiento del embarazo por la Seguridad Social y por Sanitas; doble de exploraciones, doble de pruebas... no teníamos suficiente con que en Sanitas le grababan en vídeo cada vez que íbamos, sino que encima le hicimos el correspondiente CD en 3D. Eso sí, los nervios del día en el que te dicen el sexo, o las preocupaciones de cuando te dicen que viene con dos vueltas de cordón, o la emoción de ver el pedazo de pie que se gasta...eso no te lo quita nadie.




En fin, 9 meses y pico que se hicieron cortos exceptuando el final, claro que en esto la madre también tendría algo que decir.
Hasta que llegó el día del parto, en nuestro caso sin sorpresas ni prisas pues como dije anteriormente, hubo que sacarle porque el tío estaba muy agusto allí dentro. Pero bueno, el nacimiento de Hugo merece un capítulo aparte.

martes, 21 de agosto de 2007

Un peque ya corriendo y otro en camino


La idea de este blog surge para poder explicar la evolución tanto de unos padres tan emocionados como desesperados a veces, así como de unos hijos que siempre superan todas las expectativas que se tienen sobre ellos.

Tengo un hijo, Hugo, que va a cumplir dos años a finales de Septiembre, y una hija en camino para precisamente dichas fechas.

Entiendo que esto le pasa a todos los padres, pero para mí ha sido sorprendente ver como evoluciona en tan poco tiempo la capacidad que tiene un niño de desarrollarse a si mismo y con su entorno.

Hugo, tanto a su madre como a mí, nos ha parecido siempre un niño especial, supongo que como les pasa a todos los padres, pero para nosotros, intentando ponernos desde un punto de vista lo más objetivo posible, nos parece un niño realmente increible.
De nada vale decir que nos parece el niño más guapo, inteligente y simpático del mundo. Esto hay que vivirlo todos los días para darse cuenta de ello.

Desde hoy intentaré ir reflejando todo lo que va ocurriendo en su corta e intensa vida, y por supuesto intentaré hacer lo propio con su hermana, Daniela, desde el día en el que ella nazca.